¿Qué tienen en común Richard Avedon, Bill Brandt, Helmut Newton, Fan Ho, Imogen Cunningham y Robert Doisneau? Por lo menos estas dos cosas: todos forman parte del olimpo de la historia de la fotografía y todos usaron una Rolleiflex para hacer sus trabajos más memorables.
Es posible que sea una casualidad por aquello de que “la cámara no hace al fotógrafo” pero la realidad es que las fotografías de formato medio que salían de esas cajas oscuras con lentes gemelas tenían un “look” y una calidad tan excepcionales que se convirtieron en el punto de referencia para toda la fotografía posterior a la era clásica.
También, hay que decirlo, son una auténtica belleza. Es literalmente imposible tener una Rolleiflex entre las manos y resistir la tentación de hacerse un autorretrato a lo Viviane Maier.
Una historia de leyenda
Las Rolleiflex TLR (Twin-Lens Réflex o cámara Reflex de Lentes Gemelas) fueron diseñadas en 1928 por Reinhold Heidecke y se lanzaron al mercado en 1929.
Años antes, Heidecke había fundado en la ciudad de Brunswick (Alemania) la compañía Franke & Heidecke junto a su socio Paul Franke, que en aquellos tiempos regentaba una tienda de fotografía y tenía todo el instinto comercial. La Rolleiflex fue un éxito inmediato. El primer viaje que hizo Franke para distribuir el producto acabó de forma abrupta porque en unas semanas ya había vendido la producción de todo el año.
La tecnología de las cámaras de lentes gemelas era ya conocida antes de la llegada de las Rolleiflex. Muchas cámaras de gran formato ya usaban doble óptica, una para componer la imagen y otra para tomar la fotografía.
La patente de Heidecke destacaba porque era mucho más compacta de lo habitual al usar mucho mejor los espacios vacíos para cargar la película. Eso permitió que las dos lentes estuvieran mucho más cerca la una de la otra, con lo que se minimizaban los errores de paralaje.
Elegir tu modelo Rolleiflex de segunda mano
El diseño fue mejorándose con los años, pero siempre mantuvieron la lente de visualización ligeramente por encima de la lente de toma fotográfica. El resultado es que las fotografías de las Rolleiflex clásicas se toman desde un ángulo ligeramente distinto. El efecto de leve picado se hace especialmente evidente en primeros planos y retratos, que adquieren una grandeza casi mágica.
La mayoría de las Rolleiflex se fabricaron para película de 120 milímetros y exposiciones cuadradas de 6 por 6 centímetros. Se produjeron una larga lista de evoluciones previas y posteriores a la Guerra Mundial que fueron incorporando refinamientos respecto a la original. La gran diferencia para elegir un modelo sobre otro radica en la apertura de la lente.
Para la mayoría de los versiones, Franke & Heidecke lanzó dos opciones, una con óptica de apertura 2.8 (más costosa) y otra de apertura de 3.5. En cualquier caso, es sabido entre la legión de fanáticos de Rolleiflex que lo más importante para elegir una Rolleiflex de segunda mano es su estado de conservación, puesto que todas ofrecen una calidad sobrenatural.
Rolleiflex T Modelo 1
La Rolleiflex T Modelo 1 fue una cámara fabricada entre 1958 y 1961 de la que se fabricaron 56.000 unidades. La lente de toma fotográfica era una Carl Zeiss Oberkochen Tessar de apertura 3.5 y distancia focal de 75mm e incorpora un fotómetro de selenio. La lente puede usar numerosos filtros y accesorios, entre los que destacan los Rolleinar, una serie de lentes de magnificación que hacen auténtica brujería y permiten ampliar el sujeto, convirtiendo a las Rolleiflex en cámaras mucho más flexibles.
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